Amor, por encima de TODO



jueves, 23 de diciembre de 2010


No hay nada en este mundo
que alguien no pueda hacer un poco peor
para venderlo un poco más barato.
Y la gente que sólo se fija en el precio,
constituye el grupo de sus
víctimas naturales.

John Ruskin

lunes, 20 de septiembre de 2010







¿Dónde quedaron esos tiempos en los que un joven besaba apasionadamente a la muchacha de la cual se había enamorado?


Y ella después de una sorpresiva cachetada le correspondía dulcemente aquél robado beso.


Aquellos tiempos en los que el amor no se buscaba, simplemente lo encontrabas.


Tiempos de películas que quizás nunca sucedieron realmente, y yo sí creía en su veracidad infantilmente.


Soñando que algún día podría besarlo bajo una inesperada tormenta; quizás, sólo quizás.


Y en una pelea cuando él decidiese marcharse no terminaría de cruzar el umbral de la entrada que daría media vuelta al mismo tiempo que yo desde el otro lado de la habitación, y correríamos acechando el espacio interpuesto entre nosotros para perdonarnos mutuamente, como sólo sucede en las películas. Sí, películas, imitaciones de alto precio, de deseos platónicos encerrados en nuestra alma.


Algunas con finales felices y otras no. Pero simplemente anhelo que mi película personal, si existe la posibilidad, no tenga final.


Sin pretender, confundir fantasía con realidad.




Él dice ADIÓS,
Ella dice aún no,
Queda un tanque diversión para agotar.
Y el regresa para quedarse hasta que la fiesta acabe.

domingo, 25 de julio de 2010

jueves, 25 de febrero de 2010

Pequeña tesis.

El futuro no existe.

Hay personas que suelen pasar su vida recordando el pasado, intentando revivirlo en el presente. Pero de esta forma, no viven. Son tan solo recuerdos extraídos de hechos sucedidos tiempo atrás. Estas personas, seres inertes, robots de la naturaleza; no disfrutan de la vida. Con su mente en algún lugar lejano, desconectados del presente. Llegan a ninguna parte.


También encontramos otro grupo, al que pertenecí casi toda mi vida.

Personas que planeamos cada detalle de nuestra vida. Lo que haremos en los próximos años. Dónde viviremos, cómo lo haremos. Sin pensar que la vida puede cambiar nuestros planes de forma radical. Decimos, "mañana haremos esto y lo otro", "lo dejo para después" y el famoso "tengo tiempo".

Solía pensar que si planeaba, las cosas serían más fáciles; pero pensando, descubrí la verdad más absoluta en todo esto.

El futuro no existe y el tiempo tampoco. Todo lo que hagamos hoy es la base de nuestro mañana. Sin el hoy, no hay mañana. Si no hay mañana, no hay futuro. Y sin futuro.. Estamos muertos.

jueves, 18 de febrero de 2010


- No es


mor

bo

si

dad,


solo
me

ex

pre

so



con

un

sentido

de

lo más



LIBERAL ,.-
Sé


hasta


dónde


quieres


llegar !



Me presento
con este
nuevo argumento.

Seré tu nuevo calmante
representando a una sutil
amante.






Hombre no
es un
disparate
soy Rizitos
de

Cho
co
la
te
.



miércoles, 17 de febrero de 2010

- Inconclusa historia de amor. Parte I

Dedicado a Bar. Una de esas personas especiales que no te cruzas más de dos veces en la vida & me dio esta original idea.


Primavera 2008, primeros días de Octubre. Realmente lo vi.
Esas etapas de la vida en las que uno busca quién es, a dónde pertenece.
Una compañera incondicional en mi vida de típica adolescente, la computadora.
Un sitio en el que pasaba gran parte de mis días, fotolog. Conocí tanta gente, todos uniformados. Cabello hacia el costado y completamente alocado, vestimenta colorida, fotos siguiendo la misma temática o parecida. Pero en esta ciudad donde todos se conocen, los secretos no existen y los rumores ahogan las palabras dichas, no eran al mismo nivel que allá; la gran ciudad de Buenos Aires u otras ciudades tan concurridas del país.
Consideraba a todos similares, colocándolos bajo la misma etiqueta que naturalmente podría haber sido "arre :$". Pero así fue como encontré a alguien diferente. La excepción a la regla. A las reglas que yo había colocado. Hablando de manera superficial, física aún.
Encontré el tipo de chico que no imaginé encontrar en esta ciudad. Mi tipo. El imposible, claro. Más de 200 comentarios diarios en cada una de sus fotos. En las que tan hermoso lo veía. ¡Y vivía en esta ciudad! Pero cómo no, chamuyero, igual que los demás, pensé.
Como adolescente normal atraída por alguien así no dudé en agregarlo a mi msn. Ni me hablaba, estaba ocupado con sus 300 contactos conectados, no necesitaba fijarse en una chica más que lo había agregado. Le hablé. Wow.
No era para nada a lo que imaginé. En realidad mi subconsciente así lo había soñado, perfecto. Tildes, puntos, ortografía y expresión como la que había deseado en alguien encontrar. ¿Qué más? ¡La música! Le gustaba lo mismo que a mí. Pasábamos largo tiempo escribiéndonos y me había dicho "Linda". ¿Lo había dicho? ¡Sí! Flor saltá, corré, bailá, SONREÍ.
En algún momento de esa semana de chat nos pasamos los celulares.
Y a los pocos días su primer mensaje para que nos viéramos. Felicidad extrema, me entienden. ¿Qué le digo a mi mamá? No va a dejarme. ¿Encontrarme con un perfecto desconocido? Soñá. "Le respondo que no puedo y le digo de juntarnos otro día", decidí. "Mensaje no enviado, crédito insuficiente".
Recuerdo que inventé la excusa de que necesitaba una lapicera y otros útiles más. Utilicé ese dinero para hacer la fantástica carga virtual que salvaría mi día. Y le respondí.
En la hora siguiente: patalear, pegar, gritar, morderme la lengua y volver a gritar.
Pero un día logramos arreglar para juntarnos. Yo con la excusa de que me juntaba con amigas y él que se juntaba conmigo, una desconocida.
Nunca había estado tan nerviosa, ni tan arreglada en mi vida.
Y ahí estaba él, sentado en uno de los escasos escalones de una estatua al lado del Teatro Municipal; esperándome a las 16:30 de esa fecha exacta que recordé hace tan solo 3 días atrás, gracias a alguien. Una tarde fresca, preciosa, perfecta. Y yo ahí plantada como una palmera más. Mirándolo sin ver. Como una niña que ver por primera vez el sol.

jueves, 21 de enero de 2010

Capítulo 3: Giro de 180º

Click para leer capítulos anteriores.

Capítulo 1: Primer encuentro
Capítulo 2: Ella

Después de cometer tantos errores, lo que menos quieres es agregar otro más a tu historial; claro, lógico, simple. No, simple no. La suerte no siempre estuvo de mi lado.. Suerte.. Ese factor clave inexistente. La culpa de mis actos fue mía, nunca dejó de serlo. ¿Qué me pasaba? Estaba dispuesto a traspasar los límites que mi propia cordura imponía. Basta, levántate y piensa en otra cosa, me dije.
La luz se colaba por mi ventana y no dejaba ver más que mis almohadas dispersas sobre la cama. No recordaba nada de lo que podría haber soñado la noche anterior.
Me costaba pensar a estas horas, a medio despertar y con la cabeza volada más de lo normal. Arrastré mis pies hasta la cocina para encender la cafetera y me dirigí lentamente al baño. No tenía planes ni responsabilidades que cumplir hoy. Perfecto. Vi mi rostro reflejado en el espejo más desvaído que de costumbre. Había tenido una semana ocupada, estudiar y trabajar no era precisamente sinónimo de tranquilidad. Y a esto mi mente le sumaba la imagen incesante de una mujer a la cual no veía desde hacía exactamente... 1..2..3.. conté con los dedos hasta llegar a 7.
Después de pasar toda la noche hablando con ella, olvidé por completo pedirle su número para contactarla pero ella casualmente tampoco había dado ninguna señal de dármelo. Por lo que contaba simplemente con su nombre y su dirección. Suficiente para pasar accidentalmente por el edificio en el que vivía. Que sea conscientemente y no de forma accidental, ahí está mejor.
Caminaba tranquilamente por la acera sintiendo el fresco viento, típico de la estación. Tenía la mente en blanco o casi. Anne-Lise, Anne-Lise. Una nueva ráfaga de viento dejó completamente enmarañado mi cabello. Ahora mi paso era más acelerado, nervioso y tranquilo nuevamente. Debía controlar mis emociones. Una fugaz sonrisa surcó mi rostro cuando llegué a la escalera de mármol del edificio buscado.
Subí precipitadamente los escalones. Las puertas de entrada estaban abiertas de par en par. Pensé que quizás el servicio de limpieza estaría cumpliendo su trabajo. Toqué el timbre del séptimo piso sin recibir contestación alguna. Tal vez no andaban los timbres. Pero tenía que verla, necesitaba verla.
El ascensor se detuvo. Me dirigí a su apartamento pensando en qué haría, ya que no tenía nada en mente. Había planeado que ella estaría para recibirme. La puerta estaba entreabierta lo cual me resultó de lo más extraño. Recordaba perfectamente que no le agradaba que los vecinos husmearan o vieran más de lo que puede verse sin ver.
Un impulso nada oportuno me alentó a entrar sin llamar. Otra oleada de sorpresa irrumpió en mi nuevamente. El parqué estaba abarrotado de bolsas negras, novelas con páginas arrancadas; a juzgar por las tapas eran policiales. Agatha Christie, Asesinatos en serie, era lo único que podía leerse. Pero no cabía duda de que el resto de las novelas seguían el mismo género. El apartamento de Anne se destacaba por la simetría perfecta y el desorden no iba con ella en lo absoluto.
Escuché el sonido de algún objeto roto contra el piso a pocos pasos de mi. Di media vuelta y allí estaba ella plantada en el umbral observándome con su rostro inmutable.