Amor, por encima de TODO



miércoles, 17 de febrero de 2010

- Inconclusa historia de amor. Parte I

Dedicado a Bar. Una de esas personas especiales que no te cruzas más de dos veces en la vida & me dio esta original idea.


Primavera 2008, primeros días de Octubre. Realmente lo vi.
Esas etapas de la vida en las que uno busca quién es, a dónde pertenece.
Una compañera incondicional en mi vida de típica adolescente, la computadora.
Un sitio en el que pasaba gran parte de mis días, fotolog. Conocí tanta gente, todos uniformados. Cabello hacia el costado y completamente alocado, vestimenta colorida, fotos siguiendo la misma temática o parecida. Pero en esta ciudad donde todos se conocen, los secretos no existen y los rumores ahogan las palabras dichas, no eran al mismo nivel que allá; la gran ciudad de Buenos Aires u otras ciudades tan concurridas del país.
Consideraba a todos similares, colocándolos bajo la misma etiqueta que naturalmente podría haber sido "arre :$". Pero así fue como encontré a alguien diferente. La excepción a la regla. A las reglas que yo había colocado. Hablando de manera superficial, física aún.
Encontré el tipo de chico que no imaginé encontrar en esta ciudad. Mi tipo. El imposible, claro. Más de 200 comentarios diarios en cada una de sus fotos. En las que tan hermoso lo veía. ¡Y vivía en esta ciudad! Pero cómo no, chamuyero, igual que los demás, pensé.
Como adolescente normal atraída por alguien así no dudé en agregarlo a mi msn. Ni me hablaba, estaba ocupado con sus 300 contactos conectados, no necesitaba fijarse en una chica más que lo había agregado. Le hablé. Wow.
No era para nada a lo que imaginé. En realidad mi subconsciente así lo había soñado, perfecto. Tildes, puntos, ortografía y expresión como la que había deseado en alguien encontrar. ¿Qué más? ¡La música! Le gustaba lo mismo que a mí. Pasábamos largo tiempo escribiéndonos y me había dicho "Linda". ¿Lo había dicho? ¡Sí! Flor saltá, corré, bailá, SONREÍ.
En algún momento de esa semana de chat nos pasamos los celulares.
Y a los pocos días su primer mensaje para que nos viéramos. Felicidad extrema, me entienden. ¿Qué le digo a mi mamá? No va a dejarme. ¿Encontrarme con un perfecto desconocido? Soñá. "Le respondo que no puedo y le digo de juntarnos otro día", decidí. "Mensaje no enviado, crédito insuficiente".
Recuerdo que inventé la excusa de que necesitaba una lapicera y otros útiles más. Utilicé ese dinero para hacer la fantástica carga virtual que salvaría mi día. Y le respondí.
En la hora siguiente: patalear, pegar, gritar, morderme la lengua y volver a gritar.
Pero un día logramos arreglar para juntarnos. Yo con la excusa de que me juntaba con amigas y él que se juntaba conmigo, una desconocida.
Nunca había estado tan nerviosa, ni tan arreglada en mi vida.
Y ahí estaba él, sentado en uno de los escasos escalones de una estatua al lado del Teatro Municipal; esperándome a las 16:30 de esa fecha exacta que recordé hace tan solo 3 días atrás, gracias a alguien. Una tarde fresca, preciosa, perfecta. Y yo ahí plantada como una palmera más. Mirándolo sin ver. Como una niña que ver por primera vez el sol.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario